La limpieza de cutis para piel seca y sensible requiere cuidados específicos. A diferencia de otros tipos de piel, una limpieza incorrecta puede provocar tirantez, ardor, descamación o enrojecimiento.
La piel seca produce menos sebo del necesario para protegerse, mientras que la piel sensible reacciona con facilidad a factores externos como el clima, productos inadecuados o el estrés. Por eso, la limpieza debe ser suave, equilibrada y constante.
Cómo identificar la piel seca o sensible
- Sensación de tirantez luego de lavarse el rostro
- Enrojecimiento frecuente
- Picazón o ardor al aplicar productos
- Descamación en mejillas o frente
Errores comunes en la limpieza del cutis seco
Muchas personas empeoran su piel por hábitos incorrectos:
- Usar jabones comunes o con alcohol
- Lavar el rostro con agua muy caliente
- Exfoliar con demasiada frecuencia
- Limpiar la piel más de dos veces por día
Cómo realizar correctamente la limpieza facial
Para una correcta limpieza del cutis seco y sensible, se recomienda:
- Utilizar limpiadores suaves con pH neutro
- Lavar el rostro con agua tibia
- Realizar la limpieza una o dos veces por día
- Secar la piel con pequeños toques, sin frotar
- Aplicar una crema hidratante inmediatamente después
¿Cada cuánto hacer una limpieza profunda?
En pieles secas o sensibles, la limpieza profunda debe realizarse cada 30 a 45 días, preferentemente con un profesional, para evitar irritaciones innecesarias.
Cuándo consultar a un especialista
Si la piel presenta ardor persistente, brotes frecuentes, manchas o empeora a pesar de los cuidados, es fundamental consultar a un dermatólogo antes de cambiar productos o tratamientos.
Más información sobre limpieza facial
Podés conocer los principios generales y los otros tipos de piel en nuestro artículo principal:
Limpieza de cutis: guía completa

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